🚶♀️
¡Hola!
Ya nos alcanza la primera ola de calor del verano. Tratamos de soportarla tras las persianas mientras nuestros ordenadores se sobrecalientan, o nos refugiamos en el interior de museos y salas de exposición climatizadas. El verano en Madrid es un periodo de extrañeza: los cuerpos fatigados por las temperaturas se ven forzados a trabajar, nos encontramos y despedimos de nuestras amigas, y la ciudad queda suspendida en un insólito abandono.
En una performance de 1991, Esther Ferrer dispuso en el suelo muchos sobres con la solapa levantada. A su lado, podía leerse un cartel con la palabra MEMORIA. La acción consistía en marchar sobre los sobres abiertos y dejarlos todos, absolutamente todos, cerrados. Llegado ese momento, la artista le daba la vuelta al cartel: en el reverso aparecía la palabra OLVIDO.
En su ensayo Correspondencia. Un uppercut al dualismo, la investigadora Marie Bardet recupera la relación epistolar entre René Descartes y Elisabeth de Bohemia, haciendo de la correspondencia un género filosófico de pleno derecho. En las cartas, la “princesa filósofa” acorrala el dualismo mente/cuerpo de Descartes para que éste le explique de qué modo el alma, inmaterial, es capaz de mover al cuerpo. Bardet ocupa esta brecha en la filosofía cartesiana para situar la danza contemporánea como una práctica relacional, no dualista, que nos permite pensar el cuerpo bajo parámetros desjerarquizantes.
Como Esther Ferrer pisando los sobres, la oposición entre fisicidad (lo material, el cuerpo) y la poética (lo inmaterial, el alma) se desactiva en las prácticas corporales de las artes vivas. Mientras la codificación capitalista del mundo habitúa nuestros cuerpos y nuestra mirada a posturas y actitudes específicas, el arte (como formador de nuevas imágenes) funciona como un operador de contra asimilación. En palabras de Soto Calderón: irrumpe un sentido común y al mismo tiempo abre una pregunta por cómo se forma lo común.
En la reflexión acerca del modo en que las imágenes producidas por la industria cultural afectan a las gramáticas gestuales de la contemporaneidad, debemos preguntarnos también por la agencia de lo técnico. En su pieza What Shall We Do Next?, el artista Julien Prévieux recupera gestos patentados por diferentes empresas tecnológicas y configura con ellos una danza. Ademanes como deslizar el dedo por la pantalla para hacer scroll, o unir y separar las yemas de los dedos índice y pulgar para hacer un zoom, forman parte de nuestra partitura cotidiana de gesticulaciones; pero pueden ser rastrearse para analizar su origen y entenderlos bajo parámetros contextuales y materiales, como propondría hacer André Haudricourt en su obra El cultivo de los gestos.
El verano, que es tiempo de extrañezas, cuerpos al sol y bajas productividades, de lecturas y charlas al fresco de la noche, es un buen momento para reconectar con nuestros cuerpitos. Cuando llegue agosto y tengamos vacaciones, posaremos en el suelo nuestros móviles y los de nuestras amigas, muchos móviles. Cuando estén todos en el suelo, nos descalzaremos y abriremos la aplicación de Gmail. Juntas marcharemos sobre ellos y los pisaremos todos, uno a uno, resquebrajando las pantallas de cristal templado, escribiendo correos por error con letras y símbolos raros AAABBBBggv”SS!#ª, cerrando todas, absolutamente todas las aplicaciones de correo, y al terminar giraremos un cartel donde ponga “Hasta septiembre”.
Gracias por leernos, ¡y que disfrutéis de un buen verano!
✸
Bonus track
Una buena noticia: el Centro Huarte nos ha concedido una Residencia de Investigación en Mediación, que llevaremos a cabo a través del proyecto Hodeien Taldea. ¡Ya os contaremos más!
Acabamos de volver de A Coruña, donde hemos estado con Laura Tabarés en la Fundación Maria José Jové llevando a cabo Campamento Interfaz: un programa de arte-educación con tecnología para adolescentes. Os dejamos fotos en nuestro Instagram.
Por aquí un proyecto donde sonificamos algunos movimientos de la obra “M3X3 (Notación de danza III)” de Analívia Cordeiro (1973). Para probarlo, haz clic en el botón que tiene un caballito, y extiende tus brazos como en los dibujos. Una IA los reconocerá y reproducirá un sonido, convirtiendo tu cuerpo en una partitura.
✸